La industria de la cobranza en México ha experimentado un crecimiento significativo en las últimas décadas, convirtiéndose en un actor fundamental para la salud financiera de empresas y consumidores. Sin embargo, este crecimiento conlleva una gran responsabilidad: garantizar que las prácticas de cobranza se realicen con ética, transparencia y respeto hacia los deudores. Aquí es donde la regulación del sector cobra relevancia.